Fragmento - Héroes bastardos

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Héroes bastardos


Entonces llegó el turno del altisonante titán tracio, cubierto con las pieles de cuatro osos negros. La formidable bestia trepó al entarimado y declaró: 

— Yo sé pedir ayuda, ese es mi gran poder. También puedo mirar fijo una vela encendida durante tres horas hasta olvidar por completo lo que es el fuego. 

Los generales se rascaron la cabeza tan desconcertados que algunos olvidaron quitarse el casco antes de hacerlo.

Entonces llegó el turno del altisonante titán tracio, cubierto con las pieles de cuatro osos negros. La formidable bestia trepó al entarima...

Las letras y el café combinan bien


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