Same old… same old… same old tango. Simplemente no me entiendes.

¿Sabés qué? Sólo quiero bailar con esta música.

Sí, lo sé, soy lo que algunos podrían considerar un dinosaurio. Me gustaría considerarme clásico. Es decir, sigo disfrutando de ritmos que ya no marcan el pulso actual, como este tango, como una buena rumba a la antigua, incluso un foxtrot de los de antes significa algo para mí. No los amo, pero los disfruto y en algún punto los entiendo. Los oigo hablar de pulsos muertos.

En cuanto a este blog, aquí no hago nada particularmente sofisticado o inteligente. En ese sentido es como ese viejo tango. Nada dice del pulso actual, pero está ahí para quien lo quiera entender. 

Esta no es mi versión de La Cumparsita o de Sur. Este es un tanguito más del montón. Yo solo bailo con las palabras. Bailo para mí, no para vos. Me encanta bailar para mí y en eso, capaz a veces dejo que mi corazón y mi verdadero yo respiren.

Mi baile no es una obra maestra, y aunque no te enamore, mi ritmo es crudo, sincero y efectivo, y encuentro que bailar así es uno de los mayores placeres que tengo.

Incluso cuando soy el único que mira, mi baile tiene un propósito y un significado. Porque normalmente me siento mucho mejor después de bailar.

No soy una persona demasiado competitiva. Sin embargo, como todo buen bailarín, soy un tipo un poco obsesionado con las figuras, aunque solo sean retóricas.