Ochoa se adelantaba a la naturaleza de esos momentos, los saboreaba con precisión, al punto de tenerlos totalmente sopesados y poder definir con exactitud sus esperanzas: «Todos esos tiempos no van a ser suficientes para mí. Quiero más de la vida, siempre quise más. No se trata de amor, el amor no tiene relación con este cosquilleo. Todos queremos escapar del mundo ordinario y la mente puede inventar cualquier historia para engañarte y hacerte creer que lo estás consiguiendo. Todo el mundo quiere encontrar esa otra persona como escape. Para mí se trataba más bien de lograr lo extraordinario, ser feliz y engañar a la muerte por un tiempo».