El increíble caso del premio literario que viajó en el tiempo
No espero que me crean, pero sí espero que me lean hasta el final.
Esta historia es sobre un premio literario que rompió el continuo espaciotemporal para desplazarse hacia adelante —o para atrás, depende desde y hacia dónde uno esté mirando— unos siete años aproximadamente.
Estoy hablando del XII Concurso literario Gonzalo Rojas Pizarro en la categoría cuento, que fue organizado en el vecino país de Chile por el Club de Amigos de la Biblioteca Pública Municipal de Lebu «Samuel Lillo Figueroa», y patrocinado por el Gobierno Regional de la Región del Bío Bío.
Hay que prestar mucha atención a la línea de tiempo para llegar a vislumbrar la magnitud de la singularidad en la que cayó este premio:
- El primer dato es que fue presentado el 14 de agosto del año 2014 a las 19:25 hs., a partir de ese momento quedaba abierta la inscripción para los concursantes. Ese va a ser nuestro primer puntito en la línea temporal.
- El segundo dato fue el cierre de la convocatoria, esto sucedió el día 15 de noviembre del 2014 a las 23:59 hs., este será nuestro segundo punto en la línea temporal, el momento en que dejaron de aceptar cuentos. A partir de ese momento en nuestra línea temporal empieza a correr un plazo que estuvo destinado a los quehaceres del jurado, la selección de cuentos.
- Ese plazo iba a alargarse hasta el 15 de enero de 2015, pero en realidad terminó extendiéndose hasta el día 17 de febrero de 2015 a las 23:00 hs.
A partir de este mojón en la línea temporal, empiezan las inconsistencias que la física no puede explicar:
Uno pensaría que los premiados, mencionados y finalistas —que dicho sea de paso, y según las bases, todos ellos iban a ser publicados en una antología— debieron ser avisados de sus logros dentro de un plazo lógico de un mes luego de la resolución del jurado, o digamos dos meses, para ser generosos. Esto quiere decir que me tendría que haber enterado de mi situación de finalista a lo sumo el 17 de marzo de 2015, antes de las 23: hs.
Increíblemente, termino enterándome por casualidad y el 12 de septiembre de 2022, ¡la información se saltó siete años, como si no hubieran existido! Y no sólo eso, sino que el libro editado jamás llegó, y es que seguramente fue deshojado como un jardín en pleno otoño por las increíbles fuerzas gravitatorias que alborotan el interior de los agujeros de gusano, esos que tanto le gustaban a Carl Sagan.
Algunos pensarán que esto se explica por la irresponsabilidad de los organizadores, pero yo, como siempre, elijo creer en singularidades y viajes en el tiempo.
El título de mi cuento: El jueves vacío.
Qué locura!! Increíble, parece más un cuento típico de la eficiencia argento. De todos modos felicitaciones!! y esperemos que la publicación del libro no tarde otros 7 o más años. Abrazos
ResponderBorrarCecy :)